Orquídea Chiloschista - cuidado y características

Orhidee Chiloschista

Este género de orquídeas incluye especies con un aspecto impresionante, sin hojas al menos durante un período de su crecimiento y desarrollo, las plantas parecen masas radiculares, cargadas con tallos florales en la época de floración, lo que justifica el nombre popular de "orquídea fantasma".

Desde el punto de vista sistemático, el género Chiloschista descrito por el reputado botánico y orquidólogo inglés John Lindley en 1832, pertenece a la tribu Vandeae, subtribu Sarcanthinae, y toma su nombre del griego antiguo, donde “cheilos” significa labelo, y “schistos” significa dividido, indicando que las especies del género se caracterizan por la presencia de un labelo dividido. El género Chiloschista está estrechamente relacionado con el género Sarcochilus, pero se diferencia de este en que las especies de Chiloschista presentan la pérdida periódica de las hojas y diferencias en la anatomía del labelo.

En realidad, algunas especies pertenecientes a este género producen hojas, pero estas se pierden en las etapas iniciales de desarrollo.

En cuanto a su aspecto general, las plantas se presentan en forma de masas radiculares compactas, masivas, que emergen de un eje central compacto, representado por el tallo. Cuando las hojas están presentes, emergen de este eje central, con dimensiones de 2,5 – 5 cm de largo y 1 cm de ancho, aunque estas se pierden antes de la temporada de floración. Las inflorescencias suelen agruparse en tallos colgantes que pueden presentar pocas hasta muchas flores pequeñas, con un aspecto cautivador y una cromática que varía desde blanco crema hasta verdoso y hasta marrón rojizo oscuro. Actualmente se conocen 19 especies pertenecientes al género Chiloschista, siendo las más conocidas en el comercio hortícola Chiloschista lunifera, C. usneoides, C. viridiflava, C. trudelii, C. exuperei, C parishii.

Cuidado de orquídeas Chiloschista 

La distribución geográfica del género abarca Myanmar, Tailandia, Laos y zonas adyacentes del sudeste asiático. Los requisitos de cultivo para las especies de este género implican una atención especial a los valores de las temperaturas mínimas, que no deben bajar en ninguna situación por debajo de 15 – 18 ℃, aunque las especies preferirán temperaturas altas, de hasta o por encima de 30 ℃, asemejándose en este aspecto a las especies de los géneros Vanda, con los que están emparentadas, o a las especies de Cattleya. Al ser especies amantes de valores elevados de humedad, por encima del 70%, para las que se recomiendan riegos frecuentes, permitiendo sin embargo que las raíces se sequen antes de una nueva administración de agua, se sobreentiende que la ventilación debe ser intensa, para no favorecer el desarrollo de afecciones fúngicas y bacterianas. Es preferible que el riego se realice en la primera parte del día, para evitar la estancación del agua durante la noche, cuando las temperaturas bajan.

Los valores de radiación luminosa se situarán en el rango superior, de 15000 – 35000 lux, similar a las especies de vanda, cattleya y oncidium, pero evitando la luz directa (60 – 70% de sombra), ya que esta puede causar quemaduras en las raíces.

Para la fertilización, que se administrará con frecuencia pero diluida, al 10 – 25% respecto a las concentraciones recomendadas por los fabricantes, se preferirá un fertilizante equilibrado, con una fórmula 1 – 1 – 1. Las especies de Chiloschista toleran muy mal los trasplantes, por lo que se recomienda no dividir las plantas cultivadas en placas de plástico, cerámica, madera, corteza o corcho. Las plantas cultivadas para reproducción vegetativa no se montarán, sino que simplemente se posicionarán sobre un soporte de material plástico. NO se recomienda colocarlas sobre sustrato de musgo sphagnum, ya que la acumulación de humedad en la zona radicular conduce fácilmente a la pérdida de las plantas por la aparición de enfermedades fúngicas y bacterianas.

Debido a la particularidad de las especies de este género, que suplen la falta de hojas realizando la fotosíntesis a nivel del tejido radicular, es necesario que las raíces permanezcan siempre desnudas, sin cubrir, y tengan acceso a la luz. Este aspecto indica la imposibilidad de cultivar estas especies en macetas. Se preferirá posicionarlas sobre sustratos lisos, preferidos sobre superficies rugosas, que pueden causar lesiones en la capa de velamen. Se recomienda reubicar o trasladar los ejemplares solo durante el inicio del crecimiento de nuevas raíces, que permitirán la fijación al nuevo soporte.

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